Las modalidades de cooperación son las opciones generales que tienen los donantes para la canalización y entrega de los fondos de la ayuda. Estas posibilidades se clasifican en función de la naturaleza de la ayuda que se transfiere, las condiciones asociadas a su entrega, las vías de canalización y el nivel de alineamiento, es decir, de adaptación a las estrategias y políticas de desarrollo del país receptor.
En función de la naturaleza de la ayuda, la cooperación puede ser financiera o en especie. Un ejemplo de cooperación en especie es la cooperación técnica, modalidad dirigida a la formación profesional de recursos humanos del país socio.
Según las condiciones de entrega de la ayuda, la cooperación puede ser reembolsable o no reembolsable. Estas dos modalidades están presentes en el Fondo para la Promoción del Desarrollo, que es uno de los principales instrumentos financieros de la Cooperación Española. Siendo ejemplo de la intervención de varios actores, la cooperación delegada y la cooperación triangular son modalidades basadas en las vías de canalización de la ayuda: la cooperación delegada se produce cuando una o varias agencias de cooperación encomiendan a otra la realización de toda o parte de las actividades que involucra la ayuda, y en la cooperación triangular dos o más países asocian sus recursos en beneficio de un tercero. Por último, el referente de la adaptación a las políticas de desarrollo de los países receptores es la modalidad de ayuda programática. Esta modalidad está basada en un apoyo coordinado a un plan o programa de desarrollo del país socio.
Los instrumentos de cooperación son las opciones y herramientas finales a través de las cuales la ayuda se materializa y ejecuta en un determinado contexto para apoyar la consecución de los objetivos planteados. Dos instrumentos significativos de la Cooperación Española son los programas y proyectos de cooperación.
El IV Plan Director de la Cooperación Española subraya la intención de impulsar un uso más estratégico de las modalidades e instrumentos de cooperación, con el fin de mejorar el impacto de nuestra ayuda. En este sentido, el documento establece que la ayuda programática es la forma de cooperación más coherente con los principios de eficacia, al destacar la importancia de alinearse con los objetivos del país socio. Igualmente, menciona la necesidad de armonizar los esfuerzos con otros donantes y buscar complementariedades entre las distintas modalidades. Para tal fin, la cooperación financiera reembolsable ofrece oportunidades interesantes para ampliar el impacto de proyectos de cooperación técnica.
Para información más detallada puede consultarse la Guía de Modalidades e Instrumentos de Cooperación de la AECID.